Alianza del Pacífico: Juntos avanzamos más

Alberto van Klaveren, Ministro de Relaciones Exteriores
Chile, Presidencia Pro Tempore de Alianza del Pacífico

La Alianza del Pacífico (AP) nació hace trece años con una visión clara: ser un mecanismo de integración regional innovador, que no solo respondiera a las necesidades del siglo XXI, sino que también impulsara un modelo de desarrollo colaborativo. Chile, Colombia, México y Perú decidieron entonces unir esfuerzos para enfrentar juntos los desafíos económicos, sociales y ambientales que compartimos como países de renta media y economías emergentes. En poco más de una década hemos logrado avances significativos, que nos han permitido ampliar las posibilidades de trabajo conjunto que aún tenemos por delante.

En un contexto internacional caracterizado por la volatilidad económica y el marcado resurgimiento de tensiones geopolíticas, la Alianza del Pacífico se erige como un ejemplo de cooperación efectiva. Nuestra Presidencia Pro Tempore – que Chile asumió en marzo de este año – ha estado marcada por la convicción de que solo a través de la integración podemos fortalecer nuestras capacidades internas y proyectarnos con mayor fuerza en el escenario global. A raíz de esto, hemos priorizado una agenda cuyo núcleo es la reactivación económica, el fortalecimiento del comercio intra-bloque, y la inclusión social.

Así, una de las principales líneas de acción que hemos impulsado es el apoyo a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs), las cuales representan el corazón de nuestras economías. No se trata únicamente de mejorar sus condiciones de acceso a financiamiento o mercados internacionales, sino de transformar estructuralmente la manera en que las economías de la Alianza interactúan con sus actores productivos más vulnerables. El capítulo de Pequeñas y Medianas Empresas reforzará nuestro Protocolo Comercial y será un paso clave en esa dirección.

En este ámbito, este año recuperamos la presencialidad de la Macrorrueda de Negocios de la Alianza, que reunió a más de 150 empresas de los Estados miembro con importadores de las principales economías del mundo. Esto resultó con una proyección de negocios estimados en US$55 millones.

Este proceso también implica una reflexión profunda sobre cómo las plataformas digitales y el comercio electrónico pueden ser herramientas democratizadoras. La creación y fortalecimiento del Mercado Digital Regional no solo tiene como objetivo aumentar el comercio, sino también promover la inclusión de sectores históricamente marginados en las economías digitales. Eventos como los «AP Days», que se celebrarán en noviembre, reflejan nuestra determinación de crear espacios de diálogo entre gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para asegurar que la digitalización sea un motor de desarrollo inclusivo.

Igualmente, Chile ha hecho del empoderamiento económico de las mujeres otro de los ejes centrales de nuestra Presidencia Pro Tempore. La negociación del capítulo de Género y Comercio – ya en su fase final – no es solo un gesto simbólico, sino un reconocimiento práctico de que las economías inclusivas son más resilientes y sostenibles. Este avance en la modernización del Protocolo Comercial de la AP refuerza nuestra convicción de que la igualdad de género debe estar en el centro de cualquier proyecto de desarrollo que busque ser verdaderamente transformador.

La Alianza del Pacífico también ha tenido una mirada más allá de sus fronteras, fortaleciendo alianzas estratégicas con bloques como ASEAN, con quienes realizamos recientemente la VII Reunión Ministerial, al alero de la Semana de Alto Nivel en Naciones Unidas. Esta instancia, que no se reunía desde 2019, reafirma nuestra creencia de que la integración regional no se limita a lo económico, sino que abarca también una cooperación cultural, social y educativa con otras regiones del mundo.

Nuestro compromiso con la Alianza del Pacífico ha puesto especial énfasis en el fortalecimiento del capital humano y el futuro de nuestras juventudes. Iniciativas como el 9º Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico y la anhelada creación de un Grupo Técnico de Juventudes, subrayan nuestro compromiso con la empleabilidad juvenil, el emprendimiento y la innovación. Estos esfuerzos son una inversión en el futuro, en las generaciones que deberán continuar construyendo sobre las bases que hoy estamos sentando.

El proceso de adhesión de Costa Rica como miembro pleno de la Alianza también es un hito significativo de este periodo. La inclusión de nuevos socios no solo amplía nuestro bloque, sino que fortalece nuestra influencia y capacidad de negociación en la arena internacional.

Finalmente, los logros alcanzados por la Alianza del Pacífico durante esta Presidencia apuntan a consolidar esta instancia como motor de cambio y cooperación regional. En un mundo donde las alianzas multilaterales son cada vez más cruciales, Chile, Colombia, México y Perú, trabajamos unidos para enfrentar en mejores condiciones los desafíos globales que nos toca enfrentar.