Por: Claudia Sanhueza, subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI)
Alcanzar la paridad de género es un desafío que Chile ha asumido en el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Aquello demanda la implementación de acciones destinadas a erradicar la discriminación y promover el empoderamiento económico de las mujeres en diferentes áreas de la economía. De hecho, en una investigación realizada por el FMI el año 2018, Pursuing Women’s Economic Empowerment, se encuentra que la igualdad de género impulsa el crecimiento económico y genera mejores resultados para el desarrollo, contribuyendo a reducir la desigualdad de ingresos y fomentando la diversificación económica. Asimismo, fortalece la resiliencia económica en un contexto de múltiples desafíos globales y desastres naturales.
En el segundo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, Chile adoptó como prioridad un enfoque de género en su política comercial, incluyendo capítulos específicos en la modernización y adopción de Acuerdos Económicos-Comerciales (AEC). En 2016, Chile fue pionero al incluir un capítulo de género en el AEC con Uruguay, continuando con Canadá, Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay y recientemente con la Unión Europea. Asimismo, el Gobierno del Presidente Gabriel Boric reafirmó este compromiso definiendo como énfasis de su política exterior la Política Exterior Feminista (PEF) y su Plan de Acción 2024-2025. Estos esfuerzos reflejan el compromiso continuo del país con la promoción de la igualdad de género en el ámbito comercial.
La integración económica presenta desafíos para asegurar que los beneficios esperados lleguen a todos los sectores de la sociedad. El intercambio comercial no es solo de grandes corporaciones, sino de MiPymes, de regiones, de pueblos indígenas y, por supuesto, de mujeres, por lo que países como Canadá y Nueva Zelanda han implementado estrategias de comercio inclusivo. Y con esa misma preocupación, Chile ha impulsado diversas iniciativas como el Grupo de Acción de Comercio Inclusivo, instancia que promueve el Acuerdo Global sobre Comercio y Género (GTAGA), que busca eliminar las barreras y fomentar el empoderamiento de la mujer dentro del comercio global.
Además, en la reciente 13° Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, Chile logró la inclusión, por primera vez, de un párrafo dedicado al empoderamiento económico de las mujeres, con el respaldo de todas las 164 economías miembro. Este texto reconoce la importancia de la participación de las mujeres en el comercio para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible, comprometiéndose a llevar a cabo actividades para fortalecer las capacidades y el intercambio de experiencias entre mujeres.
En el ámbito regional, hemos impulsado la creación del Grupo Técnico de Género en la Alianza del Pacífico (AP) y la Comunidad de Mujeres Empresarias AP, espacios que fomentan y promueven con acciones concretas el empoderamiento económico de las mujeres.
En 2020, durante la Cumbre Presidencial del bloque regional, realizada en Chile, se suscribió la “Declaración de la Alianza del Pacífico sobre Igualdad de Género» así como la «Hoja de Ruta para la autonomía y el empoderamiento económico de las mujeres en la Alianza del Pacífico». En 2021, se acordó un Plan de Implementación de esta Hoja de Ruta, que ha servido como una guía para la elaboración de acciones y proyectos por parte de los Grupos Técnicos, Comités y Subcomités de la Alianza del Pacífico, y que ya cuenta con más de 45 acciones realizadas.
A nivel local, según cifras de la SUBREI, solamente el 28,6% de las empresas exportadoras están lideradas por mujeres. Además, la elección de los mercados no es neutral al género, pues las empresas exportadoras lideradas por mujeres enfocan sus envíos a Europa (superando a las lideradas por hombres), continente donde hay una mayor participación de las mujeres en la economía. Por tanto, es fundamental estimular los acuerdos internacionales que promuevan el empoderamiento económico de las mujeres porque estos suben los estándares, tanto de Chile como del resto del mundo.
El compromiso repetido de varios gobiernos en este ámbito sugiere que este enfoque de la política comercial se ha convertido en una política de Estado, lo que amplía las oportunidades de crecimiento económico y contribuye al desarrollo de una sociedad más equitativa y sostenible. Chile seguirá promoviendo la inclusión de género en los AEC, así como en los foros y organismos multilaterales, con el objetivo de facilitar la participación de más mujeres en la economía y que los beneficios del comercio internacional sean accesibles para las empresarias y emprendedoras del país.